jueves, 11 de septiembre de 2008

Atrapó todas las miradas


Desde ayer, tras algunos días de descanso en Tandil, Juan Martín se incorporó a los entrenamientos del equipo que conduce Alberto Mancini y capturó la atención. Habitual foco de asedio, esta vez David Nalbandian tuvo una jornada tranquila, porque de las miradas y la prolongada sesión de autógrafos se hizo cargo Del Potro.

El campeón de Stuttgart, Kitzbühel, Los Angeles y Washington se entrenó en la cancha N° 3 junto con Guillermo Cañas, el otro jugador que se sumó ayer a las tareas, un día después que Nalbandian y Agustín Calleri.

Casualidad o no, hasta el court elegido favorecía su protagonismo, porque de los dos que se utilizaron, era el único que tenía una pequeña tribuna en un costado, que sirvió para que no menos de 50 personas observaran los cruces de golpes y hasta se permitieran algún comentario de admiración.

"¿Hacemos dos más, péndex ?", le tiró Cañas, que no dejó de tratarlo con un gran cariño. Willy fue quien lo abrazó en el debut copero de Del Potro, allá por febrero del año pasado, con 18 años, en Austria. Varias veces lo hostigó en broma: "¿Cómo? ¿No llegabas a todas? Si medís mil metros, qué no vas a llegar...", lo chicaneó cuando un revés con ángulo corto dejó pagando a Delpo, que más tarde, cuando fue a volear, recibió varios disparos al cuerpo de Cañas. "Si me tira acá (señalándose el pecho) me mata", dijo entre carcajadas Juan Martín, seguido atentamente por su coach, Franco Davin, y por Mancini.

Del Potro va a acompañar al líder natural, Nalbandian, en los singles. Su momento es muy importante, como lo explica Mancini: "Les da a todos una inyección de energía saber que tenemos a un jugador en un gran momento y que viene con mucha confianza, ganando muchos partidos. Para los rusos ya no es lo mismo que antes, aunque tampoco creo que esto los haga cambiar la forma de plantear la serie".

Después del tenis, a Del Potro lo acompañó una nube de chicos que le llegó sólo a la cintura, al punto que se tuvo que arrodillar para sacarse una foto con ellos. Luego, otra señora le dijo: "Gané tres apuestas gracias a vos". "¿Y yo qué me gané?", contestó Delpo. "¿No te parece que ganaste mucho?", replicó, veloz, la señora.

Claro que ganó mucho Del Potro. Como el cariño de la gente. El acoso de la prensa lo llevó a organizar mejor sus contactos y por eso recién mañana se podrá hablar más extenso con él. Por lo pronto, cuando se le preguntó de rutina cómo estaba, la respuesta una enorme sonrisa y una palabra: "Feliz".

No hay comentarios: