La salida de David Nalbandian del estadio Polideportivo Islas Malvinas, rápida, fugaz, con el rostro contrariado, la mirada perdida y los hombros encogidos retrató cuán grande fue el impacto que recibió la Argentina esta tarde en la final de la Copa Davis.
La victoria en el dobles de la pareja Feliciano López-Fernando Verdasco, por 5-7, 7-5, 7-6 (5) y 6-3, pegó un golpe de timón en la serie -ahora 2 a 1 en favor de España- que requerirá casi de una hazaña para revertirse.
La Argentina, ahora, quedó contra la pared: deberá ganar los dos singles que restan para poder soñar con la primera Ensaladera de Plata. Mañana, a partir de las 12 -hora de Buenos Aires-, se jugará el cuarto punto, en el que los protagonistas son inciertos de ambos bandos. Según el sorteo, deberían estar Del Potro vs. Ferrer, pero por estas horas, el panorama es incierto.
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